sábado, 21 de abril de 2007

La luz de los faros marítimos de Baleares

por Ana, la culta de Momento Balear
fuente: www.baleares.com

Los faros se remontan a los tiempos de las civilizaciones antiguas, todas estas poblaciones se destacaron por sus rutas marítimas a lo largo de todo el Mediterráneo. Entre ellas las Islas Baleares, que a lo largo de la historia, han jugado un papel muy importante dentro de estas rutas por mar.

Los marineros se guiaban a través de cartas geográficas muy exactas y por un conjunto de Faros que se extendían por toda la costa y tenían como principal objetivo ayudar a determinar su localización y prevenir peligros potenciales.
Si hay algo destacable en el mundo de los faros es la magia, la luz, el misterio, el mar y toda esa dosis de bucolismo unido a la profesión de farero, lo que le da a esta construcción un merecido protagonismo en la costa balear.
A lo largo de la costa no sólo la arena bordea el litoral, también los acantilados de grandes magnitudes aparecen y desaparecen en su perfil marítimo, dando lugar a miles de calas de arena blanca características del mediterréno en si.
Los faros van unidos a estas islas en tradición marítima, arquitectónica y cultural, agrupándose en un total de 34 construcciones repartidas por el archipiélago.
Entre los faros mas importantes de Baleares se destacan el faro de La Mola en Formentera, el Faro de Portopí o el de Botafoc y del Mur en el puerto de Eivissa entre otros muchos.
En Baleares se dibuja una extensa red de faros repartidos por las islas, encargados de vigilar un rumbo correcto para las naves que navegan por las aguas del mediterráneo y no sólo se trata de simbología y poesía. La labor de los faros sirven de punto de referencia para los hombres de mar.

Los faros son patrimonio de las Islas Baleares y forman parte del paisaje natural y humano, y la admiración que desprenden estas edificaciones es apasionante ya no sólo por su simbología sino también por su trabajo.
Para construir los faros de las islas se aplicaban sobre todo criterios de arte neoclásico que inspiraron a toda una generación de arquitectos a mediados del siglo XIX. Este estilo arquitectónico fue utilizado por la mayoría de los edificios públicos, y transmiten los valores de esa mentalidad de principios de siglo, los faros de Baleares transmiten esa tradición arquitectónica y social de una época que crecía con aire mediterráneo.
Los faros de todas las islas muestran una estructura similar, varian sólo en la altura de la torre, en la parte baja se halla la vivienda del farero, el almacén y la sala de máquinas, poseen además una escalera de caracol que conduce a la torre donde se encuentra el mecanismo que hace girar el proyector de luz, así como un pararrayos que culmina la torre.

Las clases de faros varia en función de su posición y de la distancia donde debe llegar el rayo de luz que emite.
Los de primer orden, situados en penínsulas y cabos anuncian a larga distancia la presencia de la costa y poseen una luz rotativa.
Los de segundo, tercer y cuarto orden sirven de referencia a la navegación de cabotaje.
Los de quinto y sexto orden sirven para las entradas a puerto o para indicar la dirección de una nave en un punto determinado de su ruta.

Entre los más bellos destaca el faro de Favàritx en el norte de la Isla de Menorca, se halla en un paraje abrupto- como todo el norte de la isla de Menorca- fuertemente azotado por la fuerza de la Tramuntana.
En La punta de Moscarter de Eivissa se encuentra uno de los faros más altos de Baleares con una torre que alcanza los 52 metros de altura sobre un acantilado de 42 metros y sirve de punto de referencia entre Tagomago y Sa Conillera.
En Mallorca el faro de Portopí es el más antiguo de todos los de las islas y uno de los primeros de todo el mediterráneo Occidental.
Por su belleza y singularidad el faro de Alcanada en la zona de Alcudia destaca por levantarse sobre la isla de Alcanada o el de Formentor con su belleza paisajística.
Ponga rumbo a su visita y descubra estas construcciones situadas en puntos emblemáticos del mediterráneo Balear, gozando de belleza arquitectónica y singularidad marítima que envuelve y embriaga de magia, luz y sueño al que visita y descubre los faros a lo largo de la costa balear, antes era fuego en la noche y hoy luz eléctrica pero siguen levantando miles de curiosidades y es que siempre la mejor compañía del navegante en la oscuridad de la noche tras largas jornadas de navegación fue la luz, una guía a su destino.

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