miércoles, 12 de marzo de 2008

1 de marzo - Día de la Autonomía Balear



El pasado 1 de marzo a las 19.00 horas, se conmemoró en la Casa Balear de Buenos Aires, sita en el barrio de boedo, los festejos por el 25º aniversario del Estatuto de Autonomía Balear.


Los presentes pudieron escuchar unas palabras sobre la constitución española y el estatuto de autonomía balear, además de deleitarse con el Coro, el Grupo de Baile de la Casa y las comidas típicas de las Islas.


Molt d' Anys Amics!!!!!!!

Argentinos en Mallorca

Desde fines del siglo XIX y hasta mediados del XX, hacia América Latina y sobre todo hacia Argentina, han emigrado miles de baleares, en busca de un sueño, de otra realidad, con la esperanza de armar una nueva vida para "hacer la América", como se decía en aquellas épocas; y con muchísimo sacrificio lo lograron, con su trabajo se transformaron en figuras imprescindibles al momento de construir una nueva realidad, un nuevo país.
Los últimos años del siglo XX, con las conocidas "crisis" económicas y sociales que azotaron a esta hermosa América les dieron, a los baleares que se decidieron a quedarse en las queridas islas, la oportunidad de recibir a miles de argentinos que emigraron de estas tierras en busca –al igual que sus abuelos– de un futuro mejor, de otras realidades sociales y económicas, de oportunidades para el desarrollo profesional, y sobre todo personal.
Pero claro, la vida del emigrado es dura. La lejanía se siente, por más que en las Islas fueron recibidos con el afecto y el cariño que saben poner los baleares, no es fácil vivir "lejos de casa", de los amigos, de los afectos, de la vida que hasta el día en que decidieron emprender ese viaje llevaban entre los suyos.
Por esos motivos es que los inmigrantes, sean éstos de cualquier origen y en cualquier destino, se "agrupan", se reúnen con otras personas que pasan por las mismas necesidades, que sienten las mismas cosas, que extrañan su lugar de origen.
Y asi fue que nació la idea de un grupo de argentinos de fundar un portal llamado "Argentinos en Mallorca", desde el cual difunden actividades, noticias, avisos publicitarios y links a los principales medios informativos de estas tierras.

Los invitamos a visitarlo, realmente vale la pena.
En la web están en:
http://www.argentinosenpalma.com

y el mail para contactos es:
info@argentinosenpalma.com

viernes, 7 de marzo de 2008

BalearExterior

Queríamos comentarles que acaba de salir una nueva página web ( http://www.balearexterior.com/ )que incluye mucha información para todos los mallorquines, menorquines e ibicencos que están fuera de las islas. También hay un nuevo foro de opinión. Se trata de información práctica tanto para los emigrantes que dejaron la isla hace años como para sus descencientes. En esta web tendrán cabida tanto los descendientes de los que dejaron la isla en el siglo XIX como los que se fueron hace muchos menos años. La web acaba de comenzar, así es que se aceptan sugerencias por parte de todos, esperamos vuestros comentarios. Por favor, déjenos saber su opinión y utilice cualquiera de los servicios que se ofrecen.
Si conocen otros descendiente de baleares en el exterior, páseles la información de esta nueva página web. http://www.balearexterior.com/ pretende ser el vínculo de unión de todos los baleares en el exterior.


¡Y el foro está abierto a todos! Por favor dejen allí sus opiniones y comentarios, cuantos más seamos más útil resultará.

jueves, 6 de marzo de 2008

Antonio Machado

Antonio Cipriano José María y Francisco de Santa Ana Machado Ruiz, conocido como Antonio Machado nacio en Sevilla, 26 de julio de 1875 y falleció en Collioure, Francia, 22 de febrero de 1939. Fue un poeta español, miembro tardío de la Generación del 98, cuya obra inicial suele inscribirse en el movimiento literario denominado Modernismo.

Antonio Machado estudió en Madrid en la Institución Libre de Enseñanza, en cuyo ambiente laico se formaría su talante liberal y su ancho humanismo.
Después de una estancia en París (1899 - 1902), en donde conocería y haría amistad con Oscar Wilde, Pío Baroja, Rubén Darío y Jean Moréas, obtuvo la cátedra de francés en el Instituto de Soria (1907).
En esta ciudad conocería a Leonor Izquierdo, con quien contrajo matrimonio en 1909. Logró una beca para estudiar en París, donde asistió a las clases del filósofo Bergson, pero una grave enfermedad contraída por su esposa les obligó a regresar. La muerte de su esposa, ocurrida en 1912 a muy temprana edad, llenaría al poeta de melancolía y motivaría versos de dolorido acento. Ese mismo año pasó al Instituto de Baeza.

En 1919 se trasladó a Segovia, ocupando el tema amoroso y erótico un lugar importante en sus Nuevas canciones. De 1926 a 1932 presentó con su hermano Manuel varias comedias dramáticas. En 1931 se trasladó definitivamente al Instituto Calderón de Madrid.

En 1927 Antonio Machado había sido elegido miembro de la Academia Española y en 1936, al producirse el estallido de la Guerra Civil, se adhirió con entusiasmo al bando republicano. Cuando se trasladó a Valencia colaboró de forma asidua en la revista Hora de España, entonces tribuna del pensamiento democrático.

En 1939, con la derrota del ejército republicano, sale Machado de España rumbo a Francia como él había dicho en uno de sus versos: «ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar». Estuvo primero en un campo de refugiados españoles, hasta que la mediación de un grupo de intelectuales franceses hizo que el gobierno francés le trasladara a un hotelito de Collioure, donde se produciría poco después la muerte de la madre del poeta y la de él mismo con tres días de intervalo.

La poesía de Antonio Machado
Para considerar la obra de Antonio Machado en conjunto, conviene seguir la evolución de sus tres principales etapas, que en su sucesión expresan una excepcional aventura de reflexión en busca del sentido vital.
Ante todo, el libro Soledades, galerías y otros poemas, recogiendo su lírica entre 1899 y 1907, presenta una poesía todavía de signo romántico, subjetivista, explorando el fondo del alma del poeta en busca de su acento más sincero, aunque ya con sentido de la imposibilidad de tal empresa.
En rigor, tal pretensión de autenticidad a ultranza acabaría con la posibilidad de hacer versos: Antonio Machado, sin embargo, puede hacerlos gracias a que utiliza formas populares de su tierra sevillana que nombran, respecticamente, la situación anímica del poeta y uno de sus grandes símbolos, las «galerías», los corredores internos de su espíritu y de sus sueños.

Además, el poeta, para evitar el monólogo, establece diálogos con sus propios símbolos -la fuente, la primavera, la noche, etc.-, hasta llegar siempre al fondo de su búsqueda: el alma se escapa ante sí misma, no sólo porque se la lleva la corriente del tiempo, desgranada en días de ayer, sino también porque el fondo último del Yo resulta inaprehensible y se esquiva y se enajena cuando lo quiere captar la conciencia.
Así lo expresa una de las poesías claves del libro: aquella en que el poeta pregunta a la Noche dónde está «su secreto», la raíz desde donde sus lágrimas pueden ser de veras suyas. Pero la Noche responde al poeta que ella tampoco lo sabe: al asomarse al fondo del alma del poeta, le ha hallado siempre «vagando en un borroso laberinto de espejos».

Agotado este intento, Antonio Machado desarrolla la segunda etapa de su obra y de su experiencia espiritual en abierto contraste con la primera. El libro Campos de Castilla (1912) centra esta nueva actitud de entrega a la objetividad del mundo externo, sobre todo en el gran símbolo del paisaje de Castilla.
El poeta, desengañado de la pretensión de hallar dentro de sí mismo la verdad, se vuelve ardientemente hacia la visión realista de las cosas, y ahora busca insertarse con la tradición popular, no ya de la canción andaluza, sino del viejo Romancero castellano, como modelo de creación de «poemas de lo eterno humano».

Más aún: en esto se siente Antonio Machado precursor de una nueva época del sentir de la humanidad, extinguido ya el presuntuoso egoísmo de la lírica individualista del siglo XIX, segun sus palabras: «Amo mucho más la edad que se avecina y a los poetas que han de surgir cuando una tarea común apasione las almas.»
Abundan en esta colección de poesías las de tema descriptivo, de entrañable intimidad con el paisaje castellano y, en ocasiones, con profunda preocupación por los problemas nacionales e históricos: la culminación de la tendencia que anima este libro.

Pero también se quiebra la esperanza del poeta, en esta etapa, de salir de su subjetivismo y, tomando contacto con las cosas y las gentes, quedar incluso abierto al Dios con que soñaba y a quien siempre iba «buscando entre la niebla». En coincidencia significativa, que rebasa la ocasión anecdótica, la muerte rompe entonces su matrimonio, que era la encarnación viva de su mejor esperanza humana.

Castilla había sido también para él el hallazgo del amor; el profesor de francés del Instituto de Soria se había casado con una muchachita, sencillamente provinciana, que muere tres años más tarde. Y su desaparición es el símbolo del hundimiento en la gran empresa espiritual de Antonio Machado que, recaído en su soledad y su subjetividad, se vuelve gradualmente un pensador tan profundo como crítico, tan positivo y esperanzador para los demás como escéptico y desesperanzador para sí mismo.

El libro Nuevas canciones forma la transición hacia la etapa final de la obra de Antonio Machado, en parte prolongando temas y formas de Campos de Castilla, en parte volviendo a usar las formas del «cante jondo», pero ahora con un sentido más teórico que lírico, a modo de sentencias de honda filosofía, aparentemente sencillas, pero cargadas, sin embargo, de inagotable alcance reflexivo.

Comienza a predominar en su actividad la prosa sobre el verso. Primero son los apuntes de «arte poética» de su imaginario autor Juan de Mairena: luego, en 1936, será todo un libro bajo el nombre de este personaje apócrifo, seguido de unos cuantos inolvidables ensayos -sobre Heidegger, sobre la guerra, sobre Alemania...-.

Pero ya los primeros pensamientos atribuidos a Mairena son algo más que teorización crítica sobre la propia poesía: Mairena, a su vez, alude a otro mítico autor, Abel Martín, que habría escrito una importante obra filosófica, cuyo resumen permite a Antonio Machado exponer, en forma irónica y sin comprometerse técnicamente con la filosofía, lo más hondo de su experiencia de pensador:
el Ser, según Martín, tiende a desdoblarse, a ir a «lo Otro» -eso es el amor, en sentido metafísico-, pero ese «Otro» resulta en definitiva un espejismo, un nuevo encuentro con el mismo punto de partida.

Para ilustrar este pasaje poetico, que mejor que la voz del gran catalan, Joan Manuel Serrat, interpretando una de las obras del genial sevillano, don Antonio Machado. [emitido el audio en el programa radial correspondiente, aquí reproducimos la letra de la canción]

LA SAETA

¿ Quién me presta una escalera para subir al madero, para quitarle los clavos a Jesús el Nazareno? ¡Oh, la saeta, el cantar al Cristo de los gitanos, siempre con sangre en las manos, siempre por desenclavar! ¡Cantar del pueblo andaluz, que todas las primaveras anda pidiendo escaleras para subir a la cruz! ¡Cantar de la tierra mía, que echa flores al Jesús de la agonía, y es la fe de mis mayores! ¡Oh, no eres tú mi cantar! ¡No puedo cantar, ni quiero a ese Jesús del madero, sino al que anduvo en el mar!

Rafael de León

Hoy vamos a comenzar una nueva seccion en Momento balear, la bautizamos “el momento de los poetas”… en donde leeremos aspectos de la vida de artistas de la pluma, que de un modo u otro han dejado su marca en la historia de las letras, y la ilustraremos con alguna versión cantada de alguna de sus obras más conocidas.
La incluiremos en cada programa como un homenaje a la vida, porque creemos que la vida está llena de poesía y que disfrutarla plenamente es, justamente, el mejor homenaje que podemos hacerle.
Para esta primera entrega elegimos a un autor español nacido en Sevilla, un jueves 6 de febrero de 1908. Su nombre RAFAEL DE LEÓN.

fuente: www.los-poetas.com

Don Rafael nació, como dijimos antes, un jueves 6 de febrero de 1908, en la misma calle donde casi 34 años después nacio el conocido poeta Manuel Machado.
Su nombre completo “Rafael de León y Arias de Saavedra”, fue el primogéntico de la pareja formada por José de León y Manjón y de María Justa Arias de Saavedra y Pérez de Vargas, condes de Gómara. A los pocos días de su nacimiento fue bautizado en la iglesia de la Magdalena, y le fueron impuestos los nombres de Rafael María, José, Jerónimo, Doroteo, Alberto, Melchor. Entre los vástagos de familias de la nobleza y la alta burguesía, era muy corriente atiborrarles de una larga retahíla de nombres que llegaba hasta lo ridículo.
Estudió en diversos colegios privados de órdenes religiosas, todas ellas en Andalucía.
En el año 1926 inicia en la universidad de Granada, los estudios de la carrera
de Derecho. Allí llegó a conocer a otro insigne poeta: Federico García Lorca, con quien entabla una buena amistad.
Tiene Rafael, -a decir de algunos de sus estudiosos-, una impregnación del estilo poético de García Lorca que se rezuma a través de toda su obra.
En el año 1931 con la caída de la monarquía, se instala en España la II República, y el joven Rafael no parece que la recibe con hostilidad, a pesar de su procedencia de linajes propicios a la monarquia. Lo que sí quedó claro y se trasluce a través de su obra poética, la distancia crítica con la que observa al mundillo de la nobleza. Se cuenta de él –aunque no está bien confirmado- que llegó a escribir un himno a la
República.
Solía asistir a los cafés cantantes y teatros de variedades de Sevilla. En
estos ambientes se sentía Rafael "como pez en el agua" y allí fue haciendo amistades, participando del ambiente liberal y permisivo que concedía el nuevo régimen republicano. En esos ambientes fue donde conoció y colaboró con el letrista Antonio García Padilla, alias "Kola", -padre de la conocidísima actriz y cantante Carmen Sevilla-, y de aquella relación surgieron algunas canciones conocidas. Como letrista, "Kola" no llegaba ni con mucho a la depurada calidad de Rafael; pero éste, aceptó de buen grado el ser colaboradores en la firma de canciones, ya
que de esa manera se le facilitaba la entrada, por la puerta grande, en ese mundillo hostil para un aristócrata, de la creación artística en los cabarets y salas de moda.

En 1932, Rafael se traslada a Madrid bajo la influencia del gran músico sevillano Manuel Quiroga, que junto con el autor teatral Antonio Quintero, llegaría a formar el
prolífico trío "Quintero, León y Quiroga" con el que tienen registradas más de cinco mil canciones. Al producirse la guerra civil española, Rafael de León se encontraba en Barcelona; allí es encarcelado, como tantos otros del mundo de la farándula, toreros, cantantes, etc. acusado de monárquico o derechista.
Y allí en la cárcel, quizás para hacer valer su condición de neutral o tal vez de simpatizante de la causa republicana; quizás por estricto sentido de la verdad, declara tener una buena amistad con destacados poetas republicanos como León
Felipe; Federico García Lorca y Antonio Machado.

Rafael de León pertenece por derecho propio a la denominada "Generación del 27" de los poetas españoles, aunque un incomprensible olvido ha hecho que nunca figure en esa nómina.
De ningún poeta español de este siglo que acaba, han sido tan recitadas sus poesías y tan cantadas las letras de sus canciones, pero incomprensiblemente sigue siendo el gran ausente al hacer recuentos dentro del ámbito de la cultura popular española de
posguerra. La obra poética de Rafael de León, queda dividida en esos dos grandes apartados: poesías propiamente dichas, y letras para canciones. En muchos casos unas y otras tienen un inconfundible parentesco por derivar, alimentarse o
inspirarse las unas de las otras, o viceversa. Su primer libro de poesías
«Pena y alegría del amor» aparece publicado en 1941.
Rafael dejó el mundo terrenal un jueves frío, en Madrid, la fecha 9 de diciembre de 1982.

El tema que elegimos para ilustrar este pequeño homenaje a un grandde las letras es justamente “Pena y alegría del amor”, interpretado maravillosamente por el conjunto argentino Los Carabajal.
[en este blog reproducimos la letra de la canción, la vresion en audio fue emitida en la edición radial correspondiente]


Pena y alegría del amor

Mira cómo se me pone
la piel cuando te recuerdo.

Por la garganta me sube
un río de sangre fresco
de la herida que atraviesa
de parte a parte mi cuerpo.
Tengo clavos en las manos
y cuchillos en los dedos
y en mi sien una corona
hecha de alfileres negros.

Mira cómo se me pone
la piel ca vez que me acuerdo
que soy un hombre casao
y sin embargo, te quiero.

Entre tu casa y mi casa
hay un muro de silencio,
de ortigas y de chumberas,
de cal, de arena, de viento,
de madreselvas oscuras
y de vidrios en acecho.
Un muro para que nunca
lo pueda saltar el pueblo
que anda rondando la llave
que guarda nuestro secreto.
¡Y yo sé bien que me quieres!
¡Y tú sabes que te quiero!
Y lo sabemos los dos
y nadie puede saberlo.

¡Ay, pena, penita, pena
de nuestro amor en silencio!
¡Ay, qué alegría, alegría,
quererte como te quiero!

Cuando por la noche a solas
me quedo con tu recuerdo
derribaría la pared
que separa nuestro sueño,
rompería con mis manos
de tu cancela los hierros,
con tal de verme a tu vera,
tormento de mis tormentos,
y te estaría besando
hasta quitarte el aliento.
Y luego, qué se me daba
quedarme en tus brazos muerto.

¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero!

Nuestro amor es agonía,
luto, angustia, llanto, miedo,
muerte, pena, sangre, vida,
luna, rosa, sol y viento.
Es morirse a cada paso
y seguir viviendo luego
con una espada de punta
siempre pendiente del techo.

Salgo de mi casa al campo
sólo con tu pensamiento,
para acariciar a solas
la tela de aquel pañuelo
que se te cayó un domingo
cuando venías del pueblo
y que no te he dicho nunca,
mi vida, que yo lo tengo.
Y lo estrujo entre mis manos
lo mismo que un limón nuevo,
y miro tus iniciales
y las repito en silencio
para que ni el campo sepa
lo que yo te estoy queriendo.

Ayer, en la Plaza Nueva,
—vida, no vuelvas a hacerlo—
te vi besar a mi niño,
a mi niño el más pequeño,
y cómo lo besarías
—¡ay, Virgen de los Remedios!—
que fue la primera vez
que a mí me distes un beso.
Llegué corriendo a mi casa,
alcé mi niño del suelo
y sin que nadie me viera,
como un ladrón en acecho,
en su cara de amapola
mordió mi boca tu beso.

¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero!

Mira, pase lo que pase,
aunque se hunda el firmamento,
aunque tu nombre y el mío
lo pisoteen por el suelo,
y aunque la tierra se abra
y aun cuando lo sepa el pueblo
y ponga nuestra bandera
de amor a los cuatro vientos,
sígueme queriendo así,
tormento de mis tormentos.

¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero!